viernes, 26 de marzo de 2010

"De cómo la poesía de Víctor Valera Mora entró en mi vida"



Victor Valera Mora
Foto: Vasco Szinetar
En 1964 yo tenía 10 años, acababa de escuchar por primera vez a Los Beatles y "She loves you", me parecia el mas grande avance de la historia humana, ese año en mi país había lucha armada y llegando el mes de julio se presentó en casa mi primo Fedor, que para entonces tenia 21 años. Venía de las guerrillas.

Estaba un poquito enfermo de los pulmones, me decían los mayores, venía por uno o dos meses a hacerse un tratamiento.


Fedor era fuerte, apuesto, de piel clara, muy alto y nos caímos bien desde el primer día, en el corto tiempo que compartimos hicimos mil cosas, practicábamos boxeo en el patio de las matas, volábamos papagayos, nos hicimos fanáticos de la Pepsicola, a veces nos quedábamos horas y horas en la azotea de la casa simplemente mirando las estrellas y también vimos todas las películas de Tarzan que pasaban por aquella época, pues a los 10 años yo era un admirador número 1 de "El Rey de la selva".

Un buen dia se apareció con unas tablitas y estuvimos toda la tarde construyendo una cajita de esa que usaban los limpiabotas, allí guardamos los cepillos, las laticas de betún y el trapito para pulir los zapatos, nos quedó bellísima. Fue un tiempo feliz.


Un día dijo que se iba, bruscamente, como quien no soporta las despedidas, tomó un maletín y se fue, volvía a las guerrillas.

Quedó el vacío en aquel niño que por un tiempo tuvo a su primo gigante y tan amable para él solo. A los pocos mese nos llegó la noticia de su muerte en combate, allá en las montañas, él fue parte de una generación de jóvenes que libró, equivocados o no, una lucha titánica y noble, contra un poder gigantesco que los sobrepasaba enormemente.

Yo me encerré en mi mismo y en las pocas cosas que dejó Fedor: La cajita de limpiabotas que hicimos juntos, un cuatro viejo que no se de donde lo sacó, un disco del Quinteto Contrapunto y un libro de poemas.


El libro era el primero que publicó Víctor Valera Mora y se llamaba “Canción del soldado justo”. Yo tomaba el libro y examinaba su portada buscando las huellas de mi primo muerto, imaginándome cu
ál de esos poemas era su favorito, cuál le gustaba más, cuando nadie me escuchaba los leía en voz alta recitándolos, leyéndoselos a Fedor, estaba seguro de que él me escuchaba desde el cielo a donde van los guerrilleros buenos. Eso pensaba a los 10 años.

Un día me di cuenta:
Mi primo era el soldado justo de quien hablaba Valera Mora en su libro de poemas.

Desde entonces mi fascinación por la poesía de Valera Mora fue creciendo y madurando, cuando estudiaba en el pedagógico leí en la biblioteca su gran obra “Amanecí de bala”, por esa época no se conseguía nada del Chino en las librerías, era imposible.


Una vez una amiga consiguió ese libro, se lo regaló un profesor de la UCV que lo tenía repetido en su biblioteca, ¡era algo extraordinario! porque por esos años, esa obra era imposible de conseguir.


Ella que sabía la historia de mi primo Fedor, me lo obsequió y así me convertí en uno de los poquisimos jóvenes que tenían un ejemplar del maravilloso “Amanecí De Bala”... todavía lo tengo. Pero “Canción del soldado justo” lo perdí en algún recoveco de la vida.

Por esos tiempos, yo también incurrí en la rebeldía política y me encontré a los veinte y pocos años haciendo vida intensa en los movimientos clandestinos de la época, eran los 70 y los 80.


Fueron tiempos de lucha, a flor de piel, a pecho descubierto, sin miedos, de compromiso extremo con mis ideales y los de Fedor, nunca lo sentí tan cerca de mí, y la poesía de Valera Mora estaba en medio de todo eso, incendiándome el alma, dándole alas a mi corazón y permitiéndome un diálogo eterno con aquel joven de 21 años que una vez llegó a mi casa con una tos seca que no se le quitaba, y que construyo conmigo una cajita de limpiabotas que todavía atesoro.

Yo tambien soy el soldado justo.

Para Nidia con afecto.
Alfonso Mijares.

25-03-2010

Nota: Originalmente este relato fue escrito para la amiga Nidia Hernandez, ahora lo publico "a quien pueda interesar"

1 comentario:

  1. Me encanta porque es un relato de piel descarnada con una sinceridad que emana en la medida que se realiza la lectura.Esta forma de escribir es una de las formas más dificil de hacer, digo esto a mi criterio.
    "...el patio de las matas..." me lleva a un lugar de mucho amor en donde dos gigantes practican ...
    Lo felicito de corazón Sr.Alfonso Mijares.

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