viernes, 12 de marzo de 2010

¡ A la hila !

Felipe García
Eran, quizás, como las onces de la mañana de, tal vez, un día sábado, cuando el niño, casi adolescente, y en compañía de otros niños se embarcaron en la tarea de buscar el "papagayo" que se les había ido a la hila. Lo habían volado desde la plaquita que quedaba en el techo de Juana. La bolla de pabilo la habían enrrollado en un palito de colgar ropa. El papagayo se elevó inmediatamente con la briza y como los frenillos estaban ajustados, remontó el espacio cuan hermoso conquistador. Edgar había enrrollado la bolla en el palito. El papagayo prontamente llegó a la cima del cerro, por allí cerca de la "Vuelta del Beso".

_ ¡Échale, échale! _ Gritaba emocionado Edgar De La Cruz.
El papagayo buscaba el cielo marcando una honda de pabilo perfecta y la bolla enrrollada en él, también saltaba de emoción. De vez en cuando mirábamos el pabilo enrrollado pero era interminable y el colorido papagayo pedía y pedía que lo lleváramos más lejos. Esperábamos el freno en la mano, producto del palito tratando de pasar por donde se deslizaba el pabilo cuando el último tracito de pabilo cruzo la hendidura de nuestras manos. No tardamos mucho en gritar ¡ A la hiiiiiiiiiiiiiiiiiiilaaaaaaa ! y un coro de niños cercanos a nosotros compartían el grito, luego fue el mismo cerro que comunicó el final a los otros niños que observaban desde múltiples lugares la onda perfecta y el papagayo magestuoso.Todo el folklor de niños, del cerro, gritaron, a la hiiiiilaaaa.

La sorpresa no había desaparecido totalmente cuando se organizó, una búsqueda del desaparecido. Se calculo aproximadamente por donde habría de haber caído el papagayo. Aún está fresco el último instante en que desapareció, el papagayo.
Eran tres o cuatro niños, el tiempo no me lo permite reconocer, que comenzaron a subir el cerro, llegaron a la Vuelta el Beso y según los planes de búsqueda se dirigieron al barrio El Setenta. Pasaron le escuela Pinto Salina y empezaron a bajar la calle. Algunos niños habían dicho que lo habían visto caer por allí. Al llegar a la parte de abajo cerca de La Gran Cueva Del Indio, se encontraron con otros niños.
No hay explicación, solo un triste recuerdo, los buscadores preguntaron por el papagayo a los nuevos niños del lugar, y uno de esos niños del lugar, tomó un cilindro que formaba parte de una cruceta de transmisión de carro, el cual cabía perfectamente en su manos, casi ya adolecente más que los buscadores, y golpeo a Freddy en su cachete derecho.

Ya de nuevo de regreso en sus casas, los buscadores callados empezaron a hacer la nueva armazón de caña verada y pegar el papel de seda al nuevo papagayo. Edgar tomó la nueva bolla de pabilo.
_ Perdona Freddy, ya aprendí a hacer el nudo de pabilo en el palito_ dijo Edgard.


FREDDY PEÑALVER
MARGARITA 10/03/2010

3 comentarios:

  1. Hola Juventud Naciente.
    Ahora que sé como entrar en tus páginas en blanco aquí va mi saludo.
    Hace varios días Juventud Naciente hizo realidad su nombre. Naciente como la aurora, como la mirada tierna que me atrapa. Naciente como el sueño que despierta. Bienvenido hermana, hermano. JN te espera como la hoja en blanco que desea dejar su virginidad en tus manos y con el deseo de la creación. JN te espera a cualquier hora y como dijo Saunety " lo que se escribe es para ser leído".

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  2. epa fredy te felicito marcos del loro

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  3. Gracias Marcos por tus palabras.Le pediré el correo tuyo a Alfonso y te enviaré "La cinta" como invitación a que participes, ya que Juventud Naciente está abierto a todos los creadores como tú. Te felicito de ante manos.

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