sábado, 30 de abril de 2011

Pichu...


 Los cinco muchachos lanzaron la moneda al aíre.

_ Si sale cara, nos vamos al oriente y si sale sello al occidente del país_ Tomaron sus caballos y se dirigieron a las cuevas en el oriente. Al llegar prendieron sus antorchas y entraron. Anduvieron largo rato surcando riachuelos, en medio de la oscuridad de la caverna y observando tanto los murciélagos como a los guacharos. De repente todos  se miraron las caras, en el chirichi de las llamas, al verse rodeados por una espesa bruma gris; al tratar de andar por ella se consiguieron un estrecho que solamente les permitía andar en fila. La nube espesa permitía ver muy poco y el primero, de la fila, de repente se golpeo con algo transparente pero que no permitía ver nada atreves de él. “Qué pasa”; dijeron los de atrás. “Qué no puedo pasar”; dijo el primero. “Pero,  por qué, si no veo nada”; dijo el segundo. “No puedo pasar”, reafirmó el primero. Déjame ver a mí”. El primero se hizo a un lado, pegándose a las paredes de roca para que pasara el segundo y tampoco pudo pasar, “Qué te sucede”; “no lo sé, no puedo pasar”. “Déjame intentarlo”: Pidió el tercero. Ahora tenía que pasar a dos que estaban delante. Los cuerpos se tocaban y se colocaban de tal manera de permitir el paso. Al llegar sucedió lo primero y el cuarto y el quinto trataron de hacer lo mismo sólo que el último, con un madero, que llevaba en el hombro tropezó y el tronco cruzó lo transparente mas su mano aferrada al madero, no. “¿Qué es esto?”. Tomaron una piedra y la lanzaron, a través de la nube, y cruzó. Fue cuando se dieron cuenta que los murciélagos y los guacharos cruzaban en ambos sentidos. De repente se encendió una luz con un letrero que decía “Espere su turno”, y se escuchó una voz que repitió lo escrito.”¿Quién dijo eso?”;  “yo no fui”, respondieron en coro.

“Pase el Salvador del mundo”, “¿quién?; preguntaron, “se refiere a mi”. Y pasó el último que ahora es el primero de la fila. “Pase el Libertador”, “¿yo?”; “sí, tú”. “Es conmigo”, se los dijo a los otros tres de atrás. “¿Qué cosa?”, averiguaban  y cruzó. “Pasa Cervantes”. “¿Quién eres?”, preguntó y los otros dos inquirieron; “¿Con quién hablas?”; “No sé, con el fut…”, y calló. “Ja ja”. Se reían y cruzó. “Ahora te toca a ti, Soñador”. “¿Se está refiriendo a mí?”; le preguntó al último: “¿Quién?”, contestó. “¿No lo escuchaste?”. Dijo el cuarto: ven pasemos juntos” Y lo agarro de la mano; pero el último se soltó; “¡cruza tú sólo!” y el soñador pasó. “Ahora te toca a ti, Che”: Dijo la voz en tono argentino y este cruzó y al rato regresó  trallendo agarrado de la mano al cuarto.

   Ayer me preguntaron por Pichu. Quise responder que no sabía nada de él; que había desaparecido en el tiempo. Pero no pude, me quede callado  y comencé a recordar. Era yo mismo que me preguntaba y no quería recordar. Un día, Pichu, se dibujo en un cuadro, que se perdió. Fue cuando le dio por la pintura y en un lienzo por cierto unos 15 x 20 centímetros dibujó en colores muy fuerte y primarios un hombre encorvado y penetrando en las profundidades del cuadro. Sólo se veía su espalda, algo de su perfil y cargaba en su espalda un pequeño bojote sujetado  por su mano derecha, alrededor en las profundidades del lienzo, casas de barrio. ¿Asia dónde iba Pichu?, nuevamente me preguntan y no tengo respuesta. Pichu era callado pero comprendía de las ciencias, ya que estudiaba y le gustaba aprender para seguir su camino en donde no se comprendiera la vanidad; cosa que él mismo no entendía ni otros que ahora son finados. Ya había cursado primaria y secundaria y se encontraba en la indecisión de una carrera universitaria. Había presentado las pruebas del  consejo Nacional de Universidades para optar a alguna universidad conocida. Nunca pudo entrar a ninguna universidad elitista. Pero su esperanza no se perdía e insistía cada vez que podía. Un día se enteró de un instituto Universitario y allí presentó una prueba y fue aceptado en el preparatorio de dicha institución. Fue en ese lugar cuando, Pichu, conoció a la bruja. Empezó a estudiar la carrera técnica. Su  preparatoria la cursó sin novedad, venía preparado con las “tres marías” con un nivel aceptado y logró pasar al primer año de la carrera. En ese primer año tampoco tuvo dificultad en sus actividades estudiantiles y continuo el segundo año en donde se crearon binomios de alumnos y fue cuando conoció a Theo, su compañero o binomio en los estudios.

   Pichu era un muchacho de sueños indefinidos, pero con un corazón de tiburón. Descendía de una familia con padre y su ascendencia de él, desconocida. Humilde y vivía en unos de los tantos cerros del Valle de Caracas. Theo era un muchacho que vivía en un apartamento en el centro de Caracas cerca de donde existió la cárcel política de Pérez Jiménez. Theo, era un muchacho de clase media baja y le gustaba leer mucho. Theo conocía a José Luis, otro muchacho que también vivía en el centro de la capital, cerca de la televisora Radio Caracas, en Bárcena y que igual a Pichu y Theo estudiaba en el mismo centro de estudios. José Luis era binomio de Alfredo, otro muchacho  de clase media pujante, ya que vivía en  una de las quintas de Coche y tenía familiares conectados al gobierno. También en ese grupo se encontraban Linares y Zavala. El primero vivía en un apartamento en la avenida San Martín y el segundo en una quinta en Montalbán. Pichu, en sus entrañas, se sentía en el grupo aceptado y en una nueva escala social; rodeándose con la clase media baja, pujante, alta y con la clase social burgués.

   Un día acordaron estudiar todos juntos y Theo propuso el apartamento de su tío, que era “Rosa Cruz”, también en el centro cerca de los bomberos en la avenida Lecuna. Para entrar en el edificio, de estructura vieja,  había que esperar que Theo les abriera una reja en la entrada. Al llegar al tercer piso, ya los pasillos eran de historias oscuras y al entrar al apartamento, del tío, este presentaba, en Pichu, una sensación de humedad y  lúgubre. Observó el lugar con una intensidad extraña, miró las revistas de los rosas cruces y  una que otras oportunidades las leyó buscando comprender algo y aunque entendía lo que leía no le parecía culminante. Una que otra vez estudiaron allí, hasta que un día pronto, José Luis y Alfredo le presentaron, al grupo, la bruja. Linares presentó cierta alegría, Theo recelos, Zavala seguridad y Pichu lo contrario. Theo, el intelectual, con algunas palabras convincentes acepto. Linares no tuvo inconveniente, Zavala rehusó y Pichu se sumó a la mayoría. Pichu una vez escucho decir de su madre: Que si vas a tierra lejana “haz lo que vieres”. La atmosfera se puso un poco tensa, mientras que esperaban la oportunidad de tocar a la bruja. Al rato de tocar a la bruja, Pichu se sentía como en cojines de cenizas, de esas que quedan de una fogata, todo era de cenizas y su cuerpo estaba amoldado a cenizas; él estaba como un macho en un molde de cenizas. Las cenizas, aún tenían el tenue calor del fuego. Pichu miró varios gusanos distintos y vivos y fue cuando dijo

_ El infierno está vivo y sigue tu vida sin interrupciones_ Y todos comenzaron a reír. _ ¡El infierno está vivo!,  ja, ja, ja _ No paraban de reír; era un orgasmo de risas. _ ¡Bueno bueno! , vamos a estudiar _ Puso orden Juvencio, con su característica risa y Zavala lo apoyó. Empezaron a hablar sobre lo minúsculo de los átomos, sus interacciones y hasta comentaban del cambio que sufren los metales, en los cohetes, al salir de la atmosfera al espacio sideral. _ Por cierto _ Agregaron _ El freno que ejecutan los cohetes al entrar de regreso a la atmosfera de la tierra y el ángulo de penetración.

   Un día Picho, al salir de clase, iba en compañía de sus compañeros de clases y en un espacio ancho de la estructura de la universidad y a unos nueve metros de ellos una mujer gritó.
_ ¡Tiburón! ¿Cuándo llegaste de Francia? ¿Por qué no me avisaste para irte a buscar? Ven déjame darte un abrazo.  No paraba de hablar y se dirigía al grupo. Pichu extrañado, miraba a los otros compañeros buscando a la persona a la cual se refería la mujer, y estos los miraban a él, buscando lo mismo. Pichu, seguía  buscando pero los compañeros ya entendían. La mujer llegó al grupo, se detuvo, miró a Pichu, le abrió los brazos y fue a él y lo abrazo. Picho quedó paralizado y con los brazos estirados para abajo mientras que la mujer lo abrazaba y le daba un beso tiernamente efusivo en el cachete. Pichu, apartó lentamente y sin brusquedad a la mujer. Le dijo _ Profesora. No he llegado de Francia y tampoco me llaman Tiburón_ Se separaron y la profesora exclamó. _ ¡Eres igualito a tiburón! Perdona la confusión_  Pichu agregó _ No se preocupe, Profesora_ Ella se retiró con sus otros acompañantes y el grupo donde andaba Pichu se quedaron parados, mientras desaparecía la mujer y su grupo. Al ocultarse por la esquina, todos irrumpieron en carcajadas_ ¡Tiburón, Tiburón!; Ja ja ja _

   Otro día, al inicio de la tarde y que salieron temprano de clase; los binomios de José Luis y Pichu con Juvencio se fueron en el Fiat 24, de Juvencio, a las cuevas del cafetal en el estado Miranda. Por el camino apareció la bruja. Cuando llegaron, bajaron todos pero Pichu se quedó rezagado y empezaron a llamarlo, él apresuró el paso en una pequeña carrera, bajando por la pequeña inclinación boscosa y al llegar lo estaban esperando, los cuatros, en el pequeño riachuelo. Al entrar, Pichu, en el arenal; José Luis comentó _ Miren, entró como un grandes ligas en el diamante del estadio_ Finalizo_ Sí _ Comentaron todos y empezaron a reír. Subieron a la gruta del Indio, la cual era inmensa mente alta pero muy corta en lo profundo; luego entraron en las cavernas. La entrada estaba escondida con arbustos por lo que no era fácilmente observable.

_ Miren, dicen que en la era de la colonia, los indios entraban por aquí y salían por Baruta_..._ ¡Pero son como 15 kilómetros!_..._ Son leyendas, son leyendas_.... Para entrar, tuvieron que agacharse, recorrer un corto espacio en cuclillas o a gatas, por el pequeño corredor de la cueva, para después encontrarse en un sitio espacioso, en donde reinaba la oscuridad, las estalactitas, las otras y una enorme roca en el centro. Las luces de las linternas, colocadas en los cascos y en las manos, recorrían todo rincón de la cueva. En el interior se observaban otras entradas multiformes a otros espacios oscurecidos. Decidieron no continuar por lo incierto del camino y porque no estaban preparados para cruzar cuevas y grutas y cuevas sin perderse. Pudieron observar muchos símbolos, que le permitían a los excursionistas guiarse en la ida y venida por los caminos oscuros de las cavernas sin perderse en el intento. Unos de los signos que más se repetía era el de la Paz. Se retaron a mantenerse callados y con las luces de las linternas apagadas para escuchar el silencio interno de la cueva, hasta que alguno rompiera la oscuridad. Aceptaron. No se veían unos a otros, pero se sabían que estaban allí. Al principio sentían la respiración de unos y luego la desaparición al alejarse entre ellos para acomodarse en el suelo, recostarse en la roca o en las paredes de algún lugar. Empezaron a escuchar sus corazones y fue cuando la bruja habló y todos le pusieron atención. Cada uno tenía una pregunta y cada uno tenía una respuesta. Pichu fue el primero que preguntó. “¿Cuándo naciste? Bruja” y él mismo “cuando me aceptaste”. Luego el binomio. “¿Por qué nos acompañas?” y él se contestó “porque son niños buenos”. Una que otra vez se sentía el revoletear de un murciélago en la oscuridad total de la cueva. “¿Cuántas formas tienes?”, averiguaba José Luis y él mismo respondió “muchas; liquida, la más antigua, solida y gaseosa”. Y el binomio “¿Cuándo te irás?” respondiéndose “cuando me dejes”. Pregunto Juvencio “bruja ¿quieres salir?” y riéndose le dijo “seguramente quieres mantenerte aquí” _ Salgamos, que hoy es luna llena y quiero ver el ascender de la bella dama en el horizonte_... Se rompió el silencio y las linternas se encendieron y buscaron la salida y el astro rey los iluminó en aquella tarde por terminar.

       “Luna de margarita es…” Simón Díaz
_ ¡Sin la bruja!_ Pichu.

                                                        Fin
                                       Elaboró: Freddy Peñalver
                                                      Venezuela _ Margarita
                                                       17/04/2011



viernes, 15 de abril de 2011

La ardiente búsqueda…

Amado (a veces conocido como Marcos Hernández), escribe no solo abundantemente, sino que su ejercicio de la escritura tiene mucho de expedición, de larga marcha, de búsqueda esforzada y consciente, de esfuerzo sostenido y valiente por encontrar, por encontrarse y por encontrarnos.

De esta forma atraviesa  océanos tempestuosos, los de la vida, los desiertos del amor, los abismos de la soledad y del dolor, donde él mismo se fue construyendo día a día a costa de inmensos esfuerzos y duros aprendizajes, en ese camino encontró personajes… amigos  entrañables, he aquí algunos:  Niños-hombres, hijos del pueblo,  de la calle y también del desamparo y del olvido, que junto con él  siguen construyendo mundos nuevos.  

LOS AMIGOS QUE SE FUERON.

Donde andarán los amigos que se fueron
Me dejaron y más nunca volvieron
Los que limpiaron zapatos
Los que periódicos vendieron
Los que íbamos al cine a ver películas de kunfu y salíamos tirándonos patadas pero gozando un puyero
Los que recogíamos mangos
Los que volamos papagayos y picúas al cielo
Los amigos, los hermanos que se fueron lejos  dejándome en este mundo, donde hay  más tristeza
Que estrellas en el cielo.
Vuelvan por mi se los ruego, hermanos de hambre también de sueños
No quiero esta vida, no la quiero
Quiero estar con ustedes allá en el cielo, porque se lo ganaron por todo el sufrimiento, sacrificar la niñez no es juego y cuando todos niños estemos
Volver  a las calles donde era nuestro paraíso eterno.

AMADO
CARACAS 22-03-11 

¡PARTIDA!

Salíamos como bandada de pájaros
al escuchar, ¡partida!
parecíamos  un volcán en erupción
corriendo por las avenidas
todo para llegar primero a vender los periódicos
que en la cabeza traíamos
como canastos de frutos
como canastos de espigas
gritábamos como locos ¡El Mundo, El Mundo!
y todos oían
pero nadie se fijaba de dónde veníamos.

Éramos los niños del pueblo
hijos abandonados buscando el sustento anhelado
para toda la familia
éramos los niños hombres  y nadie lo sabia
éramos miles que dejamos el papagayo, la perinola y el yoyo
detrás de la puerta guindados y aun nos están esperando
muchos no regresamos y otros cogieron para otro lado
hoy nos esperan en el viejo rancho
la perinola, el yoyo y el papagayo.

Iremos,  es la promesa que nos juramos
vestidos de niños
con  lágrimas en los ojos,
los retomaremos
y volveremos a jugar como nunca habíamos jugado.

Amado.
Caracas 14-03-11
EL PREÑAO, UN COMPAÑERO DE MI INFANCIA.


Guerrero de la vida, también de sueños y esperanza, de una familia humilde provenía,  con muchas carencias y también un padre faltaba, que vaina con la pobreza,  que a muchas familias atrapa. Y va dejando una estela de amargura y muchas cosas malas.
Una mañana nuestros caminos se cruzaron cuando recogíamos los periódicos debajo del puente de Santa Mónica, empezó  una amista que hasta en tu casa te buscaba y muchas veces compartimos un plato de carota con arroz, que tu mamá nos preparaba,  para salir como bandada de palomas asustadas corriendo a vender periódicos para que el queso no faltara.

Una día te caíste de una mata por andar haciendo payasada, te llevamos a Coche pensando que te habías arrancado la dentadura menos mal que fue una aporreada, coño preñado tú eras tremendo loco mi pana, pero en tu corazón un ángel habitaba, compartimos el pan con mortadela, lo poco que la vida nos daba, éramos felices en nuestra humilde morada, la inocencia que en nuestro ser habitaba.
Los domingos en la tarde al cine nos lazábamos a ver al santo, famoso enmascarado luchando por el desposeído y muy adentro nosotros nos preguntábamos quien lucha por estos desamparados.

Pasaron los años y nuestros caminos se apartaron.  Pregunté por ti a unos amigos que también con nosotros corrieron por las calles de Santa Mónica, buscando el sustento y me dijeron que en drogas te vieron, no te culpo hermano, se que la vida contigo no fue un caramelo, se que los coñazos que uno lleva no son aporreos,  son coñazos que te van partiendo el alma hasta que te destrozan por dentro y solo queda  un bagazo, en eso nos convirtieron.

Un día me entere que en la cárcel te apuñalaron, acabaron con tu humanidad y nunca supieron.
Hermano a lo mejor fue un niño de la calle como nosotros, que también le arrancaron sus sueños.
Mientras yo viva tu vivirás conmigo, en mis luchas, en mis anhelos  de dar repuestas porque algunos sobrevivieron a esta travesía y a otros los abatieron.
Me hubiera gustado mucho verte viejo, con hijos y nietos.

Amado
CARACAS 30-03-11



PULGUITA...

Pulguita le decíamos, adicto a la pega de zapatos y a la latas de pintura de carros
Siempre endrogado y a los almacenes militares iba a robar la famosa "piotá"  siempre con su bolsa aspirando y no sabía que eso poco a poco lo iba matando, sus pulmones los iba anchando, pasaron los meses y un día nos contaron que pulguita murió con los pulmones reventados.
Poco sabíamos de su pasado solo que provenía de una familia muy, pero muy humilde, que solo puedo imaginarlo, a lo mejor era la esperanza de aquellos que lo amaron y sabrá Dios que ocurrió para  que el tomara ese camino, el camino equivocado, tal vez no hubo  familia, un amigo o un consejo sano, donde él pudiera agarrarse cuando la vida lo lanzo por ese barranco.
Perdona pulguita estas pocas líneas, anduviste poco entre nosotros y a tu casa nunca llegamos
Solo sé que estarás sentado con los demás hermanos, esperando a los que nos quedamos,  a contar nuestra historia la que de niños arrastramos.
Pulguita era solo un niño
El niño que todos llevamos.

Amado
CARACAS 30-03-11

LA CARRUCHA DE LOS SUEÑOS

Felipe hermano llegaste a mí una madrugada entre tantos recuerdos, como diciéndome no te olvide de mi yo también te pertenezco.
Como olvidarte viejo si tú fuiste para mí el carretillero de los sueños, me acuerdo que andábamos por todo el valle viejo, tocando de puerta en puerta y gritando llego el basurero, recogiendo las bolsa de basura en tu carrucha para ganarte un dinero, que día Felipe. Yo me sentaba,  adentro fueron las colitas más hermosas que recuerdo no tienen comparación ni con el columpio y el tobogán menos.
Todas las mañana a tu casa te buscaba  y salíamos a la jornada,  Tu compartía con migo el desayuno que los viejos te preparaban.
Me acuerdo de tu casa, tabla y sin la conformaban, tu castre donde dormía de pues de una jornada, que pobreza Felipe nos rodeaban, pero eso dos viejos te amaban, un día me contaron que tú en las calles deambulaba solo triste te la pasaba  y los dos viejos te llevaron a su humilde morada, te dieron cobijo y el amor que te faltaba y tú los recompensaste con la basura que botabas, llevando un dinerito porque en la mesa nunca faltaba, un plato de comida el cual muchos seres anhelaban.
Felipe hermano en mi morada tu también habita y conmigo siempre andas, no olvidare tu sonrisa pocas veces la soltabas.

Amado
CARACAS 01-04-11

domingo, 3 de abril de 2011

Las Visiones de Amado.

Jacek Yerka
"Waiting for a tram"
Nuestro querido amigo Marcos Hernandez (también conocido como Amado) es creador, habitante y ciudadano de mundos entrañables, de mundos donde la esperanza se encuentra con el dolor en las esquinas, donde hablan en los banquitos de la plaza el desamor y el derecho a vivir con dignidad, donde intercambian secretos y recuerdos la amistad y la nostalgia, donde la solidaridad humana pasea tomada de la mano con ese amor lejano, aquel al que nunca olvidaremos, donde la canción de la madre ausente se convierte en silbido de riachuelo, en espuma de la mar, en mujer sentada en la playa contemplando el infinito, en boca que besa y labios que lloran, en corazón que vuela y en ojos que todo lo recuerdan.
Esos mundos, por él creados, también habitan a su creador, viven dentro de él y lo transforman, pero también nos transforman a nosotros sus lectores. Ese es uno de los grandes poderes de la poesía.
Entonces, vayamos con él, acompañemoslo una vez mas en el camino del poeta, del hombre del pueblo que anuncia pasados y futuros, que habla con hojas de papel para que nosotros lo escuchemos y podamos también, ser habitantes y ciudadanos de esos mundos que solo gracias a la poesía pueden existir.
J.N

La Morada...

Jacek Yerka
Hydrotherapy
En aquella montaña al final del sendero hay una hermosa laguna alimentada por pequeñas cascadas, rodeada de lindos animales y pasto tierno.
Allí quiero construir con mis manos ya cansadas y arrugadas una morada para los amigos que se fueron, que no tenga puertas ni ventanas, que sea un punto medio entre la tierra y el cielo, donde no se le pida permiso a dios para vernos.
Entrarán las almas que muy temprano partieron dejando una estela de sueños, yo estaré esperándolos para conversar con ellos. Serán conversaciones por toda la eternidad, de la niñez, de la adolescencia y de la vejes que muchos no pudieron  alcanzar.
Cuando yo me convierta en un alma más, espero que otro venga atrás.
Porque a mí  también me gustaría conversar.

Amado
CARACAS 02-04-11

Semidesnuda

Jules Joseph Augustin Laurens
"La baigneuse"
Solías andar semidesnuda y cuando una brisa fuerte te estremecía, extendías tus brazos y tu cabeza movias, como si algo mágico te poseyera.
Una vez te pregunte y me dijiste:   
Le estoy dando paso a la vida.
Vida es el viento
Vida es el sol
Vida es el principio y fin de lo que soy, la eterna amante de las noches oscuras, donde doy calor y también amor.
Soy  la que canta a los niños antes de dormir para que al despertar tenga algo por que vivir
Soy la madre abnegada, de los hijos sin padre, forjándole un futuro para que no pasen por lo que tú pasaste.
Pero también soy la que habita en tus sueños y te despierta cada mañana con un beso.

Amado
CARACAS 01-04-11

El Mar...

Christopher Walker
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Una vez más vengo a ti
Para que me mojes con tu llovizna y mes seque con tu brisa
Deja que tu calor caliente mis pies que están fríos y no sé por qué.
Permíteme sentarme en tus piedras, para que mis ojos te persigan
Y  buscar en la distancia las musas perdidas
Déjame escuchar tu canto, el agua al chocar con las piedras
Invádeme con tu aroma,  el que le arrancas a esas mujeres bonitas, cada vez que la mojas
Lléname con tu anochecer que le da a mi vida tanto placer, siento que las musas vuelven otra vez.

Amado
CARACAS 02-04-11