viernes, 15 de abril de 2011

EL PREÑAO, UN COMPAÑERO DE MI INFANCIA.


Guerrero de la vida, también de sueños y esperanza, de una familia humilde provenía,  con muchas carencias y también un padre faltaba, que vaina con la pobreza,  que a muchas familias atrapa. Y va dejando una estela de amargura y muchas cosas malas.
Una mañana nuestros caminos se cruzaron cuando recogíamos los periódicos debajo del puente de Santa Mónica, empezó  una amista que hasta en tu casa te buscaba y muchas veces compartimos un plato de carota con arroz, que tu mamá nos preparaba,  para salir como bandada de palomas asustadas corriendo a vender periódicos para que el queso no faltara.

Una día te caíste de una mata por andar haciendo payasada, te llevamos a Coche pensando que te habías arrancado la dentadura menos mal que fue una aporreada, coño preñado tú eras tremendo loco mi pana, pero en tu corazón un ángel habitaba, compartimos el pan con mortadela, lo poco que la vida nos daba, éramos felices en nuestra humilde morada, la inocencia que en nuestro ser habitaba.
Los domingos en la tarde al cine nos lazábamos a ver al santo, famoso enmascarado luchando por el desposeído y muy adentro nosotros nos preguntábamos quien lucha por estos desamparados.

Pasaron los años y nuestros caminos se apartaron.  Pregunté por ti a unos amigos que también con nosotros corrieron por las calles de Santa Mónica, buscando el sustento y me dijeron que en drogas te vieron, no te culpo hermano, se que la vida contigo no fue un caramelo, se que los coñazos que uno lleva no son aporreos,  son coñazos que te van partiendo el alma hasta que te destrozan por dentro y solo queda  un bagazo, en eso nos convirtieron.

Un día me entere que en la cárcel te apuñalaron, acabaron con tu humanidad y nunca supieron.
Hermano a lo mejor fue un niño de la calle como nosotros, que también le arrancaron sus sueños.
Mientras yo viva tu vivirás conmigo, en mis luchas, en mis anhelos  de dar repuestas porque algunos sobrevivieron a esta travesía y a otros los abatieron.
Me hubiera gustado mucho verte viejo, con hijos y nietos.

Amado
CARACAS 30-03-11



PULGUITA...

Pulguita le decíamos, adicto a la pega de zapatos y a la latas de pintura de carros
Siempre endrogado y a los almacenes militares iba a robar la famosa "piotá"  siempre con su bolsa aspirando y no sabía que eso poco a poco lo iba matando, sus pulmones los iba anchando, pasaron los meses y un día nos contaron que pulguita murió con los pulmones reventados.
Poco sabíamos de su pasado solo que provenía de una familia muy, pero muy humilde, que solo puedo imaginarlo, a lo mejor era la esperanza de aquellos que lo amaron y sabrá Dios que ocurrió para  que el tomara ese camino, el camino equivocado, tal vez no hubo  familia, un amigo o un consejo sano, donde él pudiera agarrarse cuando la vida lo lanzo por ese barranco.
Perdona pulguita estas pocas líneas, anduviste poco entre nosotros y a tu casa nunca llegamos
Solo sé que estarás sentado con los demás hermanos, esperando a los que nos quedamos,  a contar nuestra historia la que de niños arrastramos.
Pulguita era solo un niño
El niño que todos llevamos.

Amado
CARACAS 30-03-11

No hay comentarios:

Publicar un comentario