al escuchar, ¡partida!
parecíamos un volcán en erupción
corriendo por las avenidas
todo para llegar primero a vender los periódicos
que en la cabeza traíamos
como canastos de frutos
como canastos de espigas
gritábamos como locos ¡El Mundo, El Mundo!
y todos oían
pero nadie se fijaba de dónde veníamos.
parecíamos un volcán en erupción
corriendo por las avenidas
todo para llegar primero a vender los periódicos
que en la cabeza traíamos
como canastos de frutos
como canastos de espigas
gritábamos como locos ¡El Mundo, El Mundo!
y todos oían
pero nadie se fijaba de dónde veníamos.
Éramos los niños del pueblo
hijos abandonados buscando el sustento anhelado
para toda la familia
éramos los niños hombres y nadie lo sabia
éramos miles que dejamos el papagayo, la perinola y el yoyo
detrás de la puerta guindados y aun nos están esperando
muchos no regresamos y otros cogieron para otro lado
hoy nos esperan en el viejo rancho
la perinola, el yoyo y el papagayo.
Iremos, es la promesa que nos juramos
vestidos de niños
con lágrimas en los ojos,
los retomaremos
y volveremos a jugar como nunca habíamos jugado.
Amado.
Caracas 14-03-11
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