domingo, 26 de junio de 2011

Freddy Peñalver y la hora sustraída...

Freddy es el autor de varios de los cuentos breves que hemos publicado, el es el creador del nombre de "Juventud Naciente" y uno de sus fundadores. Hoy vuelve, con su pluma, su construcción detallada y su canto de siempre. Asomémonos a su mundo.
J.N





sábado, 25 de junio de 2011

Una Pequeña Aventura...

Capitulo primero
La hora sustraída

   Nuevamente, los muchachos lanzaron la moneda al aíre. Pero esta vez cambiaron.
_ Si, sale cara, nos vamos al occidente del país- Era una mañana víspera de semana santa. Era la época cuando Venezuela gano en el festival de la OTI con la canción “Esas son las cosas”. Los muchachos tomaron sus macundales y con sus pocos recursos económicos, se lanzaron a la aventura del occidente.
_ ¿Pero hacia dónde vamos?_ Se preguntaban _ Para donde nos lleve la suerte_ Comento uno de ellos _ Muy bien nos quedamos en la bajada de Tazón y desde allí pedimos cola y para donde vaya el chofer  iremos nosotros._ Propuso otro._ Muy bien acordaron todos. Eran como las nueves de la mañana, cuando los muchachos se despidieron de sus familiares. Cuatro de ellos bajaron del cerro y se encontraron con otro que vivía en la parte baja de San Andrés, El Valle. Lo apodaron “Che”, Macaco, Rolando, Lapa y Freddy. Había cierta timidez en los muchachos pero Che le inyectaba al grupo dinamismo y jocosidad; dejaba, a un lado, su comodidad para atreverse siempre en ser el primero. Primero en agarrar el morral y colgárselo en el hombro. Primero en ayudar a los otros a acomodarse el morral, primero en hacerle la señal de pare a el autobús, primero en subir con dinamismo y agilidad entre gracioso y grotesco; tal vez por lo grande   de su cuerpo, primero  en incentivar y ayudar a los otros a subir a la unidad de transporte, primero en pagar por todos, primero en sentarse, primero en bajarse. Siempre con la actitud jocosa y el espíritu joven y aventurero.
   El transporte público llevó a los adolecentes  a  la, entrada de la, Mariposa. Desde allí, caminaron a la bajada de Tazón y frente a la bomba de gasolina, hacían la señal de la cola. ¡Y Che, siempre de primero! Con fogosidad y alegría asomaba el pulgar izquierdo  en señal de aventón hasta que se paró un jeep cabina larga y el mismo Che se sorprendió de lo efectivo de la señal. Arreo a los muchachos y todos corrieron al vehículo detenido.
_ ¿Dónde van muchachos?_ Los recibió el chofer_ Para donde vaya Usted_ Contestaron tres en coro._ ¿Cómo es eso?_ Inquirió el chofer sorprendido._ Es que tenemos la aventura de ir para donde nos den la cola_ Contestó el, hoy, finado._ Bueno, me dirijo a Cua_ Agregó el chofer_ ¡Perfecto!_  EL jeep era una unidad del Consejo Venezolano del Niño.
   Por el camino el chofer y los adolecentes hablaron de generalidades, siendo Che y Freddy quienes llevaban la batuta de la charlaría. Y el tiempo pasó como pasa el tiempo, sin detenerse.
   _ Hasta  aquí llego _Era la cercanía de la entrada de Cua. Lapa y Rolando, que eran como hermanos; sin serlo, se miraron a los ojos y dijeron _ Por aquí cerca hay una poza _ Ellos eran conocedores de los lugares por tener familiares y conocidos viviendo en Cua, San Casimiro y Cogollar. Che, Macaco y Freddy reflejaron en sus rostros unos rasgos de complacencia al saber de un encuentro con aguas de campo ya que sus vidas la tenían llenas de aguas de baño, aguas entre cuatro paredes. Bromearon por el camino, de campo, hasta que llegaron a la poza grande con árboles frondosos y no había un alma por el lugar: sólo ellos los dueños de la vida. Era, quizás, principio de la tarde. Lapa y Rolando se desprendieron de su ropa y en interiores no tardaron en sumergirse en las aguas y cruzar nadando de un lado al otro  la gran poza. Macaco, también se emocionó y no tardó en acompañar a los primeros. Freddy también se propuso a bañarse pero se quedó de este lado de la poza sin cruzarla y a veces la cruzaba con dificultad. Quizás  transcurrieron como 20 minutos, con los muchachos en las aguas. Tres del otro lado y uno del lado opuesto, de los otros, en el pozo. Los cuatros empezaron a motivar a Che para que se bañara ya que este se mantenía parado y alegado de la orilla de las aguas como viendo a los muchachos disfrutar del preciado liquido.
_ ¡Vamos, Che, báñate! _ Gritaban todos. Él los miraba, como disfrutando algo desconocido y nunca vista por él. El grupo continuaba bromeando con Che hasta que éste se desprendió de la ropa, corrió al pozo y dio un salto y gritando ¡Gerónimo al agua! Y todos vieron los pies luego todo el cuerpo hundirse en las aguas. A los pocos segundos, salieron las manos  de Che dando manotones a las aguas y su cabello largo, todo alborotado, emergía y se volvía a hundir, para luego emerger con sus manoteos desesperantes e inmersiones de la cabeza donde el cabello jugaba un papel principal. Todos disfrutaban  del shock presentado por Che en las aguas y fue en la tercera emersión que Macaco grito _ ¡No está bromeando, se esta ahogando!_ Y se lanzó, al igual que Lapa, al auxilio del Che. Lapa logró agarrar las greñas y Che trato de aferrarse a él, mientras que Macaco se hundió y lo agarro por los pies y, como pudo, lo lanzó  a la orilla con el arrastre de Lapa por las greñas. Todos rodearon a Che ya en la orilla y fuera de peligro. Rolando rompió el cerco, “¿Por qué no dijiste que no sabias nadar?” _ No te hubiéramos presionado _ Dijo Lapa _ Claro pensamos que sabías nadar_ Agrego Freddy. Che no respondía, aún estaba en shock._ Parecías una loca, golpeando las aguas_ Dijo Macaco y Lapa como siempre bromeando _ ¡El pozo de la loca, el pozo de la loca! _Y todos, incluyendo Che, se reían. Los cuatros regresaron al pozo y Che se quedo en la orilla sin introducirse en las aguas pero disfrutaba del baño de sus compañeros. Decidieron seguir el camino, ya que la tarde estaba a mitad de camino. Ellos sentían, como que el día, aún le faltaba darle algo más de distancia, porque Cua era como muy cerca de la capital de donde ellos venían. No tardaron en agarrar otra cola que los llevaría al pueblo donde Miguel Otero Silva se inspiró para escribir la novela “Casas muertas”. Quienes habían leído la novela les parecía el pueblo, tal y cual lo había descrito el escritor; las casas tenían un halito de vida. Ya estaba  atardeciendo y decidieron, después de conocer algunas ruinas del pueblo, pasar la noche en  una pequeña colina en la cercanía del pueblo fantasma.
   Eran como las seis de la tarde y entre todos buscaron leña para cuando llegara la noche encender una fogata.  El cielo estaba despejado, no se veía nube alguna, y las estrellas comenzaron a aparecer en el firmamento. La noche apareció y la oscuridad fue mitigada por la fogata, que solamente los fantasmas del pueblo la miraban y aquellos cinco aventureros. Rolando, lapa y, en especial, Che comenzaron a hablar de cuentos de muertos, descabezados, desaparecidos, aparecidos y otros, lo hacían con toda intención ya que sabían que Macaco se asustaba con tales cuentos. Cuando entró las nueve de la noche, Macaco no aguanto más y dijo _No juegue vale, déjense de ese juego _ Freddy lo apoyo y propuso guardias de la noche _ Hay dos relojes _ Dijo y continúo _ El de Che y el mío; hagamos cinco turnos de guardia: de 10 hasta 11.30pm, la primera; 11.30 hasta 1.00 am, la segunda; 1.00 hasta 2.30 am, la tercera; 2.30 hasta 4.00 am, la cuarta y 4.00 hasta 5.30 am la última. Estamos claro _ Terminó. Se hizo una pequeña pausa como analizando la cuestión y Freddy preguntó _ Bueno ¿Quién hará la primera guardia?_ Y en fracciones de segundo contestaron _Yo, Yo, Yo, “Yo”_  Freddy agrego _ Me lo imaginaba, mejor hagámoslo con un sorteo. A Lapa le tocó la primera guardia, Rolando la segunda, Che la tercera, Macaco la cuarta y Freddy la última. “Pero ¿cómo vamos a saber la hora?”, pregunto quien hoy no está. _ ¡¿Buena pregunta?!_ Acertaron todos con la cara de ¡Buena pregunta! Freddy intervino _ Como ven hay dos relojes el de Che y el mío. El de Che lo pasamos de guardia en guardia hasta la última, que es la mía._ Calló. “¿Cómo es eso?”. Preguntó el primero. Trató nuevamente de intervenir Freddy cuando Che lo interrumpió diciendo_ Mi reloj se lo doy a Lapa y cuando termine de pasar su guardia llama a Rolando y le entrega el reloj, luego Rolando me lo da a mi cuando termine su guardia y yo cuando termine se lo doy a Macaco y por último, Macaco le da el reloj a Freddy_ Terminó y Rolando dijo “Si es así, sí vale”.
   La primera guardia fue muy amena ya que el grupo poco sueño tenía y Lapa recostado de una roca hacía guardia bromeando y riendo. Freddy buscó un sitio para dormir, al rato Che, después Rolando y faltando como media hora, para terminar la primera guardia, se acostó Macaco. Lapa se levantó acercándose a la fogata, la avivó y se quedo en cuclillas cerca de ella. La mirada la tenía figa en la fogata y por su mente empezaron a llegar recuerdos de su papá, mamá y sus dos hermanas. Todos ellos eran muy jocosos y para todo tenían una broma. Papá Lapa era altísimo que en vez de llamarlo Lapa debía llamarlo “Varilla de tumbar coco”. Mamá Miguelina, tenía una sonrisa franca con una encía grande, pero a ella no le importaba y cuando reía, reía con ganas. Gisela, también para su edad, era una chica alta, al igual, que la hermana menor. “A esta hora ya papá debe estar dándole el beso de buenas noches a mamá y a mis hermanas. ¡Papá no te olvides de mi!”. Lapa, se quedó meditativo mirando las estrellas y jugando con el reloj. Miró la hora y se levantó, se dirigió para donde dormía Rolando y lo Llamó _ Te toca hacer la guardia _ Le dijo “¡Ya tan rápido!”. Sorprendido comentó el despertado. Se retiraron un poco del grupo y se acompañaron un buen rato, hasta que Lapa sintió sueño y se fue a acostar cerca de la roca. Se durmió. Rolando se acercó a la fogata, le añadió algunos troncos y se sentó cerca de ella. Al igual que Lapa era el hermano mayor con dos hermanas. Su papá Rufo había muerto algunos años atrás, de alguna enfermedad penosa y Rolando muy adentro de él, profería bellos recuerdos del viejo. Su mamá Tina era una buena obrera en una industria chocolatera. “A esta hora, mamá y mis hermanas deben estar durmiendo plácidamente”: Mirando la fogata se le presentó una cancha donde se jugaba futbol de salón, en una de las escuelas de los salesianos por los Teques. Se veía desplazándose por la cancha y detrás del balón. Él era gordito y pequeño pero con agilidad para correr detrás del balón. Después de la muerte de su padre esos sueños se lo llevó chiribico, el cachuo. Una lágrima se concibió mas no se gesto ni dio a luz en su rostro. No sabía expresarlo, pero le inquietaba la vida sentimental de su madre. Rolando, se quedó meditativo mirando las estrellas y jugando con el reloj. Se levantó y caminó con cuidado, para no despertar, alrededor de los muchachos. Se detenía por minutos, mirando a cada uno. En estos momentos me dicta: “Che, Che, gracias”. Miró la hora y se encaminó a Che. Lo miró con gratitud. “Che, Che, despierta, te toca hacer la guardia”. Che se levantó con agilidad, alzando los brazos y dando salticos a la forma de un campeón de boxeo al comenzar la pelea y presentándose al público retador. Rolando le regalo una sonrisa y se apartaron un poco del grupo y hablaron, aquella noche, de las cosas que no harían en la vida. Rolando bostezó y buscó el sueño eterno.
   Che se acercó a la fogata y la alimentó. “lastima que no tengo café, no importa saboreare el de mi mamá”. Che hacia unos gestos de hacer café y luego señales de tener un platico con una taza cerca de sus labios y saboreando el liquido mágico de la mañana. De repente una briza recorrió todo el espacio en donde se encontraba y la fogata se estremecía con la briza. Era una briza cálida y protectora. Traía un mensaje “te amo” decía en el oído de Che. Mirando la fogata pensó: “A esta hora mamá y papá deben estar durmiendo arrullada mente en su cuarto y mi hermana en el suyo y mis conejos y mi perro también. Pero sé que me extrañan; como yo a ellos”. Se levantó y miró a los cuatro lados: Freddy al este, Rolando al norte, Lapa al sur, Macaco al oeste y él en el centro. “Cuatro seres, cuatro vidas y yo el cuidador del mundo, del universo. Juro, como Bolívar en el Monte Sacro; ¡No bajar la guardia en esta guardia!” Miró a Freddy “He llegado a ellos gracias a ti, porque nos conocimos en el liceo; En el Gallinero”. Miró al oeste y guiñó un ojo, marcando una leve sonrisa al personaje que dormía en esa dirección. Miró al sur y aguanto una carcajada que le originaba quien dormía allí. Miró al norte y la vista se le perdió en el infinito nostálgico. Volvió en si y hoy se dice “Allí vas conquistando sueños”. Observó el cielo estrellado y se preguntó. “¿Dónde estas Dios? ¿Es verdad que has muerto para dejar un heredero en tu lugar para gobernar el mundo; Jesucristo?”: Che, se quedó meditativo mirando las estrellas y jugando con su reloj. Dio un salto silencioso al oeste y se agacho _ Mantonio, Mantonio _ Llamó _ ¡Ah, ah! ¿Qué pasa, qué sucede? _ Se levantó Macaco sobresaltado _ Nada _ Calmándolo _ Te toca hacer la guardia _ Agregó Che _ No chico, no va a pasar nada. Acuéstate a dormir _ Y se volvió a enrollar en el trapo de cobija. Che lo toco más fuerte _ Es un acuerdo, te toca cuidar _ Dijo _ Esta bien, ya me paro _ Cediendo _ Ya no, ahora _ Enérgicamente _ Esta bien, esta bien. No te arreches _ Y presentando una gran sonrisa se levantó Macaco. _ Oye Che, si yo puedo jugar con un personaje real, puedo jugar con infinitos imaginarios _ Seguía la sonrisa ahora un poco seria _ ¿Qué palabras, coño, son esas?; tú y tus vainas. Has la guardia y no hables pendejadas. ¡Filosofo barato! _ Digo el ex guarda _ Chito,           Che, no ofendas _ Se apartaron un poco del grupo y fraternizaron un rato hasta que Che tuvo sueño y se despidió _ Chao, filosofo _ Y ambos sonrieron.
Macaco se acercó al lugar donde dormía y se sentó. Un grillo cantó y miró hacia él; luego otro animal  y giró la cabeza. El viento movió las hojas y él se abrasaba más. El viento arreció y silbo y él miro con ojos exorbitados. Busco con qué arroparse y se cobijo. Miró la fogata que comenzaba a debilitarse. Vino a su mente su hermano Oscar, Carmen, José, Isabel, Delia, Josefina y Ramón sus hermanos; también su papá, el compae y la señora Carmelina su mamá. Una familia numerosa sustentada por una carretilla de frutas. Él no comprendía por qué peleaban tanto. No había espacio para vidas privadas. Macaco, se quedo meditativo, mirando las estrellas y jugando con el reloj. Se levantó y llamó al último de la guardia _ Epa Freddy, levántate, te toca hacer la guardia _ Freddy se levantó y estiró los brazos. La fogata estaba apunto de apagarse _ Macaco, todavía esta oscuro _ Decía Freddy incrédulamente _ No sé, no sé, te toca, toma el reloj. Yo tengo frio _ Y se acostó.

   Freddy se armó de valor, al quedarse solo y con las estrellas. Pensó en la fogata y buscó cerca leña y al no encontrar se alejó un poco y, con cuidado a una sorpresa no grata, encontró ramas que le servirían a la fogata. Introdujo las ramas en las llamas y estas se avivaron. Buscó más y encontró. Ya tenía suficiente leña con tres  o cuatro búsquedas, de madera, con temblor y temor a lo desconocido. Sin linterna, a tientas, a oscuras pero ha sabiendo que  era esa la solución: ¡Hallar leña! Buscó un sitio estratégico y lo encontró al sur; la roca cabecera de Lapa. Como un atalaya se instaló allí, primero parado, luego se sentó y desde el lugar miraba los cuatro bellos durmientes y en el centro la fogata viva y ardiente. La inclinación de la colina se dirigía al norte. Detrás de Freddy, la altura del sur. Tocó, sin querer, el bolsillo de su pantalón y se acordó de su reloj. Lo sacó y lo miró ¡Eran las 3.30 am! Miró rápidamente el otro reloj, el de Che, y las manecillas marcaban las 4.30 am. Miró para un lado y luego para el otro, para abajo y para el norte buscando al sustraidor. De esta manera estuvo un largo rato girando la cabeza de un lado al otro, viendo al norte y acercándose al sur. Por fin alzó la mirada al cielo, sonrió y estiró los hombros.

“Decisiones, tata, y comienza la segunda del noveno.”
                                                                        Rubén Blades

Elaboró: Freddy Peñalver  Venezuela – Margarita  30/05/11



sábado, 18 de junio de 2011

Mimi Lugo Villaparedes a todo color...

Miguel Angel Pérez
Y aquí está Mimi Lugo Villaparedes.
Ella es rápida, inteligentísima, despierta, agresiva, observadora, no se le escapan los detalles…y hermosa también. Es un poema de amor, breve, centellante, rápido, concluyente, como ella, tipo flecha y apunta directo al corazón.
Gracias Mimi por atreverte a compartirlo con nosotros, nos gusta mucho..
Nota:  Nos lo mandó “a colores” y nosotros respetamos eso, aquí está Mimi a colores.
J.N.

Y si,
me voy,
me voy como el viento
me voy y vuelvo,
entre espasmos
con risas
en silencio
   
Y si,
que fácil es...
ir, venir, estar
con susto,
sin prisas,
bajo tu ojos
prisionera de tus besos

Me voy amor
pero vuelvo
vuelvo entre tus dudas
vuelvo entre tus ciertos
vengo para amarte
y tenerte
siempre...


Mimi Lugo Villaparedes

martes, 14 de junio de 2011

Vuelve Amado diciendo verdades...

Amado, (también conocido como Marcos Hernandez) es un ser auténtico. 
Había abandonado por muchísimo tiempo la aventura de escribir poemas, pero este año, por diversas circunstancias de la vida, regresó a ella (a la poesía) y desde entonces no ha parado, escribe a diario, en los tres o cuatros meses que está con nosotros ha escrito centenares de testimonios poéticos.

Aquí está de nuevo, lo extrañábamos.
Hoy nos abre nuevas puertas, nos permite entrar a mundos y a vidas que luchan, que sueñan, que caen y se levantan, que vencen y son derrotados para volver a vencer. También nos habla de su aventura y del valor que se necesita en este camino.
Lean a Amado y su voz sincera y firme.
J.N

El Valor...

Tengo una lucha tremenda
Contra la tristeza y el desamor
El odio me asecha, me arrincona
Siento que se me acabo el valor
Busco en lo profundo de mi esencia
Las armas para enfrentar
Toda una trayectoria
Donde se sumo más el dolor y para completar el adiós
De aquellos seres queridos que ame con tanto fervor
En las noches donde las estrellas se dejan ver
Veo en ellas que es posible un mundo mejor
Pienso en los seres que cada día se desgarran
Por llevar un poco de humanidad
Donde Reina lo que Jesús repudio y hasta su vida dio
Entonces dejo de quejarme y vuelve el valor
Se apaciguan las penas
Me siento mejor
Y  por primera vez en mi vida
He pisado la entrada del reino que Jesús nos prometió

Amado
CARACAS 02-06-11

Muñeca...

Está sentada
En aquella piedra
Contemplando el mar
Preguntándose
Si volverá
Al mundo que dejo atrás
De niños, marido y familiares por demás
Esta obstinada
De lavar, cocinar y todos los días la casa limpiar
Se pregunta si valió la pena un hogar formar
A su mente vienen los recuerdos
De los niños, cuando les cambiaba el pañal
De los cumpleaños, los viajes y cuando al doctor más de una vez fue a parar
Se levanta con una firmeza descomunal
Grita duro
Su voz estremece al mar
Dios voy a culminar
Lo que un día desee
Cuando aprendí a jugar
Con la primera muñeca
Que me regalo mi mama

Amado
CARACAS 04-06-11

La Posa...

La posa donde tantas veces reímos y jugamos
Hoy se rebosa
Unos de sus hijos
Se acuerda de ella
No está muerta
Está esperando con paciencia
A que sus niños vuelvan
A chapotear
A reír
Pero también a jugar
Y en especial a soñar
Con todas las cosas hermosas
Llenas de inocencia
Y de pujante creencias
Que un día cerca de ella
Haríamos una choza
Donde todas las noches
Las fogatas alumbrarían
Como las estrellas
Y ella desde el cielo
Se vería como la más hermosa

Amado
CARACAS 09-06-11


jueves, 9 de junio de 2011

Nuestro amigo Gilver Blanco y la décima venezolana...

"Florentino el que cantó con el Diablo"
La Décima venezolana ... Gilver Blanco la sabe tratar muy bien y hermosamente. 
Con la décima vuela el pajarillo, danza el joropo, emocionan las gaitas navideñas, se encienden los galerones y tanta música nuestra que nos acompaña desde siempre. También los velorios de Cruz de Mayo y en general muchos de nuestros declamadores tradicionales utilizan bellamente las décimas para dejarnos sus poesías y sus cantos. 
Es una de las formas de versificación mas exitosa y utilizada en nuestro folclore. 
¿Pero qué es una décima?
Basicamente las décimas son estrofas de 10 versos octosílabos, -es decir de ocho sílabas- , y de rima 1-4-5;  2-3;   6-7-10;  8-9.   Al parecer surgió en el siglo XV, en España por supuesto, y llegó temprano a Nuestra América sembrándose de inmediato en el Caribe y sus alrededores.
De nuevo Gilver nos acompaña en "Juventud Naciente" y comparte con nosotros la belleza y la tristeza de su canto y el vuelo de sus décimas. Gracias Gilver.
J.N


Los niños abandonados

"Largo Viaje"
Nicoletta Tomas
He visto un niño crecer
sin el calor de su padre
tan solo estaba su madre
sus hermanitos y el
amarguras a granel
arrastraba aquel hogar
al no poder encontrar
el diario para el sustento
tan solo se oye el lamento
de aquellos niños llorar.

Tan rápido amanecía
que ellos cuenta no se daban
y el niño solo soñaba
y su madre lo veía
con llanto y melancolía
dentro de su corazón
buscando la solución
dentro de su pecho ancho
solitos en aquel rancho
donde murió la ilusión.

Aquel niño fue creciendo
metido en aquel ambiente
con todo un sueño en la mente
así se fue entreteniendo
su infancia se fue corriendo
con el correr de los años
luego vino el desengaño
que lo hizo comprender
lo que un hombre debe hacer
sin tener que causar daño.

El padre nunca volvió
por ellos ni a preguntar
y abandonó aquel hogar
a la voluntad de Dios
su madre fue quien los crio
pasando los mil dolores
amargura y sinsabores
hasta mirarlos crecer
cumpliendo con su deber
llevándose los honores.   

Por Gilver Blanco.


              

jueves, 2 de junio de 2011

Irma Oropeza, su alegría, su fuerza y su amor nos trajeron a Azulina...

Hoy en “Juventud Naciente” estamos muy alegres, nos visita
(y ojalá que no se vaya) la muy brillante y querida Irma Oropeza, nos trae su voz poética y un bello cuento para niños. La historia de Azulina en la tierra amada de mariposas.

Irma trae belleza por dentro y por fuera, trae amor por la vida, por la madre tierra y por los niños, es educadora, luchadora social, madre, hija, hermana, novia, esposa y hasta abuela. Y la queremos y la admiramos mucho.
Gracias dulce Irma por Azulina y por atreverte a acompañarnos.
Bienvenida.
Lean la historia de Azulina.
J.N


Azulina aprendió a volar en la amada tierra de mariposas...

Por Irma Oropeza.

"Libertad Natural"
José de la Barra
Al sur de Venezuela en el  Estado Amazonas existe un lugar llamado Amada Tierra De Mariposas, en ese lugar por supuesto viven muchas y variadas  mariposas,  y allí por casualidad conocí a una hermosa mariposa llamada  Azulina, la cual  me narró una bella historia, que yo hoy quiero compartirla  con ustedes.
 Azulina y yo nos hicimos amigas un día 31 de octubre, era mi cumpleaños y mi hermana como regalo me llevó a conocer el Parque La Llovizna, yo estaba un poco triste porque casi nadie  había recordado mi cumpleaños, yo estaba sentada en  uno de los en un banquito que hay en el parque, miraba fijo hacia un árbol de guayaba en flor, cuando de pronto llegó una radiante mariposa y con mucha elegancia se posó en una de las flores del arbolito de guayaba y comenzó a abrir y a cerrar sus  alas, me impresionó tanta belleza y me  acerqué poquito a poquito, la mariposa no mostró miedo alguno por eso seguí avanzando hasta colocarme a su lado, ella voló hacia mi hombro, me rozó con sus suaves antenitas,  asombrada y halagada me quede petrificada, pero me asombré  más aun cuando con una vocecita de cristal, la linda mariposa me saludó –hola ¿quieres ser mi amiga?- Le contesté que sí, claro que sí, que me emocionaba mucho ser amiga de una mariposa,  se puso cómoda en mi hombro y dijo: -acuéstate en la hierba que te quiero contar una historia, porque ya que vamos a ser amigas debes  saber cosas de mi. Con mucho cuidado me fui bajando hasta el suelo y me recosté, ella seguía en mi hombro, cuando termine de recostarme dijo –si ya estás cómoda puedo empezar a contarte una historia para que quede sembrada en tu corazón, y así siempre, aunque pase mucho tiempo, siempre  siempre me recordarás, yo como pude le bese una de sus alitas en señal de aprobación, y le dije que me hacia la persona más feliz de la tierra siendo mi amiga y que estaba muy interesada y contenta de poder oír todo lo que ella quisiera contarme, me devolvió el besito y comenzó a contar.

Empezó a contar como la hacía mi querida abuela en esas noches en las que antes de irnos a dormir siempre pedíamos un cuento a nuestra  bella y querida “agüela”.
Durante tres horas y 45 minutos Azulina me narró una historia, y esa historia es la que les voy a contar ahorita mismo.
Y mi historia, que no es mi historia comienza así: Había una vez una mariposa que  era tan hermosa, pero tan hermosa que todos los que habitaban en ese lugar donde ella vivía  no hacían otra cosa que mirarla y admirarla, sus padres eran el sr Mariposo Negro y su mamá la señora Mariposa Azul, por eso es que Azulina tiene las alas muy azules como su mamá y los bordes de las alas negros como las alas de su papá. Vivía esta linda mariposa en un lugar llamado Amada Tierra De Mariposas, allí en esa tierra solo habían sembradas plantas de rosas de todas las formas y todos los colores, había rosas en forma de helados de barquillas, en formas de teteros, de ponquesitos, en forma de tacitas, de creyones y de chupetas,  había también allí las asombrosas rosas doradas, y las increíbles rosas plateadas tan difíciles de hallar, esas rosas solo se consiguen en una lejana y altísima montaña llamada Fantasía, de allí de esa montaña los padres de Azulina las habían traído especialmente para su adorada niña. 

"Encuentros"
José de la Barra.
En la Amada Tierra De Mariposas todos compartían los alimentos, las viviendas, el agua, las alegrías y las tristezas. Ellos sabían que la mejor forma de solucionar los problemas que se presentan en la vida era estando unidos
Los padres de Azulina solo la tenían a ella, y le consentían y permitían  cosas que ningún padre por mucho que ame a sus hijos, se lo permitiría;  no era extraño ver como casi todos los días la mariposa armaba berrinches, era habitual ver como se tiraba al piso y amenazaba con hacerse daño, también retenía la respiración y no cesaba de lanzar patadas y manotazos a quien se le acercara, cuando esto pasaba los padres muy nerviosos casi le rogaban que se tranquilizara y le daban  a cambio viajes, regalos, dulces y perfume de azahar.
Sus padres no la dejaban hacer nada porque según ellos la amaban demasiado como para permitir que se estropeara sus lindas manitos limpiando sus alitas,  o lavando su carita, ella estaba todo el día en su tibio lecho y hasta allí le era llevado todo.

Con el pasar del tiempo los padres de Azulina estaban desesperados, pues ellos  no  sabían cómo su niña se había convertido en una mariposa tan exigente y poco agradecida, tanto con sus familiares como con sus amigos. El grillo por ejemplo era su mejor amigo, aunque  ella no se percataba de eso;  grillo iba todas las noches al pie de su ventanal a darle las más hermosas serenatas de canciones de cuna hasta que ella se dormía, la luciérnaga entraba y alumbraba su linda cuna hasta que ella comenzaba a soñar, las abejas libaban néctares de rosas azules especialmente para ella y el gusano de seda junto a las arañas producían las más hermosas y acogedoras sábanas, los manantiales le producían las más limpia y fresca agua y todos los días un batallón de coquitos dorados, rojos con punticos negros y blancos venían a jugar con la hermosa mariposa, sin embargo ella los ignoraba,  y solo  se dirigía a ellos para darles ordenes sin ningún respeto o consideración.
La  hermosa mariposa fue creciendo, ya era una adolescente y era cada día más hermosa aunque ya podía hacer algunas cosas por ella y por su hogar, continuaban haciéndole todo, ella nunca supo de donde salía todo aquello que le era dado, y aunque seguía siendo  muy arrogante y hasta odiosa, sus amigos la seguían amando -ya se le pasará- pensaban.
Pero el tiempo pasaba y los padres ya no sabían cómo complacer los caprichos de esta malcriada y linda mariposa, que ahora se creía más hermosa que las Orquídeas y que los Araguaneyes, más hermosa que las estrellas, y más radiante que el sol.

Esta amiga, un día por ejemplo solicitó desayunarse a la luna, otro día sopa de estrellas y en una oportunidad pidió que la llevasen a pasear montada en la cola de una bella serpiente coral, quería que le hicieran un tobogán con el arcoíris, y que le crearan un columpio en la melena del león, esto estaba cada día más difícil y los desesperados padres pedían ayuda a todos los consejeros, pero en realidad no escuchaban a ninguno. Así fue pasando el tiempo entre la desesperación y  la emoción por aquella hermosa hija tan hermosa y tan malcriada.

Un día, el 10 de mayo del 2002, para ser más exactos, amaneció y el día era como de color gris, las nubes se veían bajitas y muy gordas, un ruido estremecedor salía del cielo junto a luces en formas de espadas que se venían del reino de los cielos  para la tierra y se clavaban nadie sabe dónde, el viento  venía frio y silbador y unas gotas de lluvia grandes como mangos, comenzaron a caer, en menos de una hora toda aquella Amada Tierra De Mariposas se convirtió en un perfecto desastre, todas las rosas fueron arrasadas, y en aquel hermoso pedacito de tierra solo quedo una dolorosa  destrucción.
En un sitio muy distante  de su hermosa casita,  entre piedras y pedazos de rosas y un gran lodazal se encontraba nuestra amiga Azulina, presa del terror,  apenas tenía fuerzas para gritar ¡¡¡auxilio!!!! Grito muchas veces pero nadie respondía a sus peticiones y así la encontró la noche,  azulina casi moría del miedo, no podía entender qué pasaba,  Porqué a ella le pasaba esto, dónde estaba su amigo grillo, la luciérnaga ¡Dónde Dios mío, dónde que no los veo

"Arlequines Femeninos"
José de la Barra"
De tanto llorar  y por el cansancio se quedó dormida  y al despertar se dio cuenta que solo le quedaban dos caminos: luchar por su vida o dejarse morir ya que no había nadie que la ayudara, sus padres ya no estaban, tampoco sus amigos, y lloró amarga pero serenamente.  Anocheció y en aquella densa y fría noche se acordó de Dios y le rogó que le permitiera amanecer viva, y así entre el terror y la esperanza se quedó dormida,  fue la luz del padre sol quien la despertó al día siguiente con sus ardientes rayos sobre sus heridas alas, la mariposa suspiró muy hondo; tan hondo que le dolió el corazón, acto seguido sacudió sus aporreadas alitas, limpio el barro que cubría sus patitas, lavó su carita en el primer pocito que vio, se buscó un bastoncito y echó a andar,  a ratos caminaba y a ratos volaba aunque las alitas mucho le dolían, a medida que iba avanzando se iba calmando y ya se sentía más segura, se percató con alegría que ella ¡si podía valerse por sí misma! Caminó,  caminó mucho, saltó charcos, se caía, rodaba, estaba desorientada, pero sus ganas de vivir eran superiores a todo aquello que debía enfrentar. Al fin llegó a la que un día fue su amada casita, solo que allí ya no había casita, todo estaba irreconocible, y la mariposa  que volvía tampoco era ya la misma, externamente estaba cambiada, no se veía ya tan bonita, estaba toda embarrada, golpeada, ya no se veía tan hermosa,  pero  también además esta mariposa traía algo que la hacía una mariposa diferente, traía en su alma una cosa que llaman valor y además traía un profundo rechazo a la autocompasión.

Muchos de sus amigos que al igual que ella sobrevivieron, al verla lloraron de alegría, la recibieron con el amor de siempre y le dijeron que sus padres ya no estarían más, pero que no se preocupara que ellos la mimarían y la cuidarían al igual que ellos, y le  dijeron  que ella seguiría llevando la misma vida de reina de antes, que ellos reconstruirían su palacio y  quisieron lavar sus ampolladas paticas pero Azulina no lo permitió, y así fue como descubrió el regocijante placer de hacer, de inventar, de transformar, de volar, de conseguir, de caerse y levantarse, supo del frio, del calor, del crear, y del gozo de  servir a los amigos sin esperar recompensas o reconocimientos. Se fue descubriendo poco a poco en todas las cosas que se pueden hacer en la vida, descubrió que podía pintar los paisajes más hermosos, se dio cuenta con fascinación de su capacidad de hacer chistes,  de reír hasta llorar de la risa, se enteró de que con el respeto garantizamos la paz. Entendió que hay una belleza interior que no es tan frágil como la belleza física, y que esta belleza te puede hacer más importante y grande que la belleza exterior, porque esa se acaba, pero la interior trasciende la muerte.
 Azulina aprendió a cantar, lava su carita en las mañanas, busca todos los días el néctar en los rosales que ella misma ayudo a plantar,  aprendió a tejer con las arañas y ahora todos en la comunidad tienen sabanas de seda, y en la Amada Tierra De Las Mariposas todos viven, cuidan y disfrutan de las bondades que les regala la madre naturaleza, ella imita a los árboles: produce para todos y no le importa quién se beneficia.

"Spring"
Elena Oleniuc
Esta historia me la conto mi linda mariposa hace mas de 10 años, supongo que hace mucho tiempo también que andará por esos cielos de Dios, convertida en un espíritu de luz, guiando a otras mariposas en sus caminos de la vida. El día en que ella me terminó de contar esta historia, ya mis lagrimas se habían secado en la grama del parque, volteé suavemente y vi a Azulina mas radiante, la bese nuevamente en una patica, me preguntó si la olvidaría, le jure que no, y se alejó, se fue como había llegado con esa misma elegancia.

Yo regresé a mi  Amado Charallave de siempre y nunca más la volví a ver y  hoy al contarles esta historia le estoy cumpliendo la promesa de no olvidarla, y le estoy haciendo honor a nuestra amistad,  ahora ella no solo estará  sembrará en mi corazón, les estoy contando su historia para que tampoco ustedes la olviden y para que  la aprendan a querer tanto como yo.

Cada vez que veo una mariposa me acuerdo de mi amiguita, no la he olvidado, ni la olvidaré, ella está sembrada en mi corazón.


Fin.