sábado, 4 de agosto de 2012

GUGU

Cuando chiquito su tio lo llamó Gugu porque le era difícil coordinar bien las palabras, aunque despues aprendió, expresándose con muy poca dificultad de comprensión y por último dominó perfectamente la expresión verbal. Gugu porque todo lo llamaba así, al tetero , sus juguetes y hasta a la sangría que su abuelo y sus tíos tomaban los fines de semana y él, por curiosidad, se empinaba un poco del sabor peculiar de la bebida. Tenía como dos años cuando sucedían estas cosas. El Gugu buscaba el descuido de los hombres, cuando estaban tomando sangría para sigilosamente empinarse un poquito del liquido y tomar con sus deditos, los pequeños trocitos de frutas del interior del envase  de la bebida. Hasta que lo sorprendieron y formaron una algarabia de risas y él con los ojos pelaos los miraba con curiosidad. Ya no lo hacia a escondida sino que los familiares le daban el sorbito, y hasta los trocitos, pero no más. Había un criterio muy peculiar en razón al hecho de que un niño menor de tres años, le gustara la bebida y era que cuando creciera tendría más resistencia a estos tipos de bebidas; y los representantes consintieran ese criterio. Esos primeros años lo vivió en casa de su abuelo y de su mamá. En ese tiempo siempre fue el centro de atención. Uno de sus tíos, el que tenía el nombre de su papá y que era el abuelo del niño, no el que lo llamó Gugo, le dijo al papá del niño “que si él no se hacía responsable de su hijo, a ellos no les incomodaría hacerlo. Total es mi sobrino”.  Despues, mamá y Gugu, pasaron a vivir en casa de su papá, que no era tal sinó de la abuela del niño; la mamá del papá.

Pasado algun tiempo, como unos tres años, Gugo, mamá y papá se mudaron por los lados de la base de Palo Negro, Maracay, estado Aragua. Fueron dias muy duro, papá trataba de ganarse la vida pero le era muy dificil. Un día, papá, le cortaba el cabello a Gugu en el patio de la casa y movía la tijera como un experto barbero, sin serlo, y en eso mordió la oreja derecha del niño pero con la fortuna de que no la cortó, pero Gugu, aunque el papá lo abrazaba y le pedía perdon, el niño no lloró y sólo se acariciaba la oreja caliente por la mordedura, sin consecuencia, de la tijera. El padre al pedirle perdón, era como si se disculpara por no tener dinero para pagar un barbero que le cortara el cabello al niño. Para aquel entonces papá tenía un carro Doge, que Gugu le puso por nombre Pluto, tal vez seria por el color beige del vehículo. Gugu, mamá y papá conocieron muchas parte del estado como: el Henrry Piter, Choroní, Bahía de Cata, el rio el Limón y otros lugares . Por cierto, en bahía de Cata, si nos colocamos de frente al mar, tenemos a mano derecha  un saliente de rocas empinadas desde las orillas del mar hacia una pequeña colina y con aproximadamente unos 40 grados de inclinación. Pues por allí, papá y Gugu emprendieron un camino juntos. Empezaron por las primeras rocas, Gugu adelante sin alejarse del alcance de papá._ Pon las manos aquí, agarrate y sube las piernitas_ Le decía el padre al hijo y este hacía perfectamente lo que el padre le decía. Subieron muy lentamente, y de vez en cuando el padre miraba hacia atras y se preguntaba “¿Qué estoy haciendo . cómo voy a bajar?”. Pero en ningun momento pensó en desistir ni de regresar. Su meta era llegar  a la cima. Redobló sus medidas de seguridad y de protección al niño que se entregó incondicionalmente a las indicaciones del padre. Los tres; la colina rocosa , el Gugu y el padre formaron un solo cuerpo inseparable._ Pon las manos aquí, agarrate y sube la piernita y colocala  aquí_ Le decía el padre al hijo. Practicamente, la espalda del niño tocaba el pecho del padre y sus manos muchas veces se encontraron moldeando las palmas, de ellas, en la roca solidad. El padre alzó la cabeza para observar cuanto faltaba para llegar a la cima y pudo mirar una mano extendida hacia ellos _¡Mira es tu primo, “Calladito”, que nos esta esperando!_ Dijo el padre para darle más ánimo al niño. Al fin las manos de “Calladito” estrechó las manos del niño y lo aseguro en la emplanada de la colina._Gracias sobrino_ Dijo el padre.

Por cierto en otra oportunidad Gugu, mamá y papá en compañía de unos familiares de Guarena, se fueron de paseo por El Henrry Piter y en su río, que llega a Choroní, pasaron la noche. Colocaron alarmas alrededor del campamento compuesto con peroles amarrados a sitios estrategicos con cuerdas dispuestas a distancias equidistantes aproximadamente. Pasaron la noche sin ningun tipo de novedad.
A la familia no le fue bien en Aragua y decidieron regresar a la capital. Eran comienzos de los años ochenta y papá compró ahora una Vagoneer como a mitad de la decada. Un día en una urbanización de Coche la” Delgado Chalbaud” la que queda al frente de el hospital de Coche y las residencias del Hipódromo, papá y Gugu arreglaban algo del carro y fue cuando papá tuvo una mano amiga que lo ayudaba en pasarles las herramientas, mientras que él se encontraba debajo del carro. Al terminar de arreglarlo, papá y Gugu se montaron en el carro muy orgullosos de formar un equipo de trabajo. Muy orontes papá manejando y Gugu de copiloto. Salieron de la urbanización y en la curva de regreso hacia El Valle la puerta del copiloto se abrió y Gugo cayó fuera del vehículo de pie y sin soltar la puerta abierta tomó reimpulso y se monto nuevamente en el carro y cerro la puerta, fue solo un gran susto, claro que papá al ver la situación disminuyó la velocidad del vehiculo permitiendole a Gugu la maniobra de bajar y subir al carro. Un día antes de que Gugu dejara este mundo, papá vendió la camioneta y es que su mecánico lo llamarían, el día siguiente, del cielo.
En unas de las subidas y bajadas a Guarena, en donde vive la familia de papá. Papá se detuvo en lo  que es hoy día, el terminal de Oriente y allí sembraron algunas semillas ya que papá cree que todo hombre debe, escribir un libro, sembrar un árbol, hacer una casa y hacer un hijo. Gugu, Pito y la Kika sembraron semillas de mandarinas; ese día, dirigido por la orientación de papá.
En unas de las playas de Higuerote, en una Semana Santa, Gugu se bañaba con sus primos cuando las olas del mar comenzaron a halar a una de sus primas, y ella , La Negrita, gritaba llena de terror, todos los primitos salieron pidiendo socorro para La Negrita, mas el Gugu se acercaba a ella, afincando sus pies en el fondo de la arena y luchando contra la corrientes de las aguas, y extendiendo la mano logró asir la mano de La Negrita y ambos se alejarón de las rocas. Nadie les dió las gracias al Gugu, solamente eran regaños de madres y tios por bañarse, los muchachos, muy cerca de las rocas .



EL LORO
A finales de los años ochentas Gugu fue a tener por los lados de la Avenida de  las Fuerzas armadas y
en la casa de Freddy dejó de ser El Gugu para empezar su segunda carrera como “El Loro”,”El Lorito” o simplemente “Loro”. Otra vez su comunicación no era muy bien comprendida pero “como dijo que vivía en El Loro, le pusimos ese nombre” dijo Freddy.

Entró al mundo Scouts desde practicamente niño, su adolescencia y su juventud la dedicó a “Siempre listo”. Entre los tantos campamentos, una de las mujeres, Scouts  comentó : “ Estabamos en una colina bordeada con rios y riachuelos, pero no se por qué, los envases de aguas, las muchachas las habían perdido y aúnque el agua la teníamos relativamente cerca, la bajada y la cuesta era muy peligrosa y las muchachas no tenían suficiente experiencia para subir con un balde de agua y para colmo estabamos incomunicadas. En eso vimos a lo lejos entre el verde follaje el uniforme inconfundible y comenzamos a gritar para llamar la atención. El joven miró hacia arriba donde estabamos nosotras y de inmediato entendió que algo no estaba bien. Cruzó el rio por unos peñascos  y comenzó a subir en dirección a nosotras. En la medida que se acercaba lo reconocimos, era El Loro. Le presentamos la situación e inmediatamente bajó con el único thermo que teníamos como de cuatro galones, ya la tarde estaba por alejarse de nosotras. El Loro comenzó a subir el thermo, lleno de agua y lo dejó para todas  y se alejó,  prometiendo volver mañana con las primeras horas del día. Esa primera noche dormimos con la tranquilidad de saber que, ya alguien sabía de nuestra necesidad. El Loro se presentó como lo había dicho, pero con otro thermo lleno de agua y se llevó el vacío que había llenado la tarde anterior, prometiendo nuevamente regresar al mediodia. A la primera hora de la tarde, se apareció nuevamente con más agua y luego al final de la tarde. Así lo estuvo haciendo por un espacio de siete días. La primera que lo veia subir con el agua gritaba _ El agua, el agua _ Y la algarabía se presentaba.”

Un día que andaba, El Loro, por Los Valles del Tuy, pues por allí tiene família, esperaba el transporte, en la via principal, camino a Caracas. Fue una tarde calurosa, y la sombra de un gran árbol, aliado de él, le daba su sombra mientras que él esperaba su destino. No se impacientó pero tampoco relajó su rostro, como un pedernal, serio y seco pero siempre dispuesto a regalar una sonrisa a quien se la recibiera. No estaba uniformado de Scouts, porque estaba de visita, ese domingo, en casa de su abuelo, al que a escondida le tomaba las cervezas cuando pequeño. Allí también estaban sus primos y tia. El transporte llegó, era una camioneta, de esas, estilo aútobus y de color verde montaña. Todos los puestos estaban ocupados y logró pasar a una muchacha, que se encontraba detras y cerca del chofer parada y agarrada de un tubo vertical. Se colocó al lado de ella agarrandose de las asas que sobresalen del espaldar de los asientos. Nunca se sabía cuando El Loro estaba pensando porque casi siempre su rostro presentaba un respeto impenetrable pero muy docil para quien se ganara su cariño. Muy poco pestañaba, ni movia los labios, ni las mejillas, ni la nariz pero cuando afloraba su sonrisa lo iluminaba todo. La muchacha que iba parada y él que eran los únicos, manipulaba su celular con la mano derecha y con la izquierda se sujetaba al tubo vertical. De repente la camioneta frenó  y el celuar salió desprendido de las manos de la muchacha estrellándose en el parabrisa del carro y ella, ya a punto de golperase tras el celular y con la gritería que se formó, fua asida por una mano fuertemente impidiendo el choque de la muchacha con el parabrisa. La camioneta volcó callendo de un lado, pero la mano asida del Loro nunca soltó a la muchacha. La puerta quedó bloqueada con el pavimento  y Loro golpeó una ventana entre los quejidos , gritos, llantos y dolores de los pasajeros. Tomó a la muchacha sumida en llanto y la sacó del vehículo, la colocó cerca de la grama un poco retirada del carro y le preguntó si estaba bien y ella sin dejar de llorar, pero calmandose un poco, asintió con la cabeza de que se encontraba bien. Él le dijó “Voy a ayudar” y la dejó y entró nuevamente a la camioneta ayudando a sacar a los heridos. Poco a poco fue sacando a los pasajeros, prestando más atención a los conmocionados hasta que logró sacarlos a todos y más a los que por sus propios medios no podían. Luego que estaban todos a fuera empezó a preguntarles a los pasajeros accidentados dónde les dolía. A uno le colóco un tronco debajo del cuello a otro lo acostó de lado a otro le hizo un torniquete y el siempre decia “tranquilos, tranquilos ya vienen los paramédicos”. Al rato se escuchó la sirena de la ambulancia y los paramédicos tomarón el control despues de recibir la información de Loro “ Este tiene, torcedura en el cuello” decía El Loro a los socorristas “Este tiene problemas con las costillas” _ Y este torniquete ¿Lo hicistes tú? Y tú qué tienes_ “Nada” , dijo él. Los pasajeros le preguntaron su nombre y desde entonces algunos amigos lo llaman “El Angel Gabriel”. Toda su vida fue Scouts.

En sus últimos años de vida, como siete, Gabriel tomó la decisión de compartir su vida, sin dejar de ser “Siempre listo”, con un grupo de hombres  y mujeres a los cuales, entre ellos, se llamaban Hermanos. Infinidad de veces se expresaban como “Queridisimo Hermano”. Unos de ellos comentó, que “El querido hermano, Gabriel, siempre que se necesitaba de su ayuda, nunca se excusó sino que siempre estaba dispuesto a ayudar en la medida de sus posibilidades”.
_ Hermanos, la cadena se ha roto_
                                                                              FIN
Gracias queridisimos hermanos, por socorrer a Gabriel, en los momentos más dificiles de su vida y de saber que existen seres nobles como Ustedes. Tal vez, nunca se vuelvan unir los eslabones de la cadena que nos unían a Gabriel hijo, hermano, amigo, conocido, padre, ect, pero sí sé, que él se fue en paz.
Gabriel siempre estaba listo y es por eso que siempre viviremos agradecidos a todos los Scoust que estuvieron antes, en los momentos, en el despues y sobre todo en los de ahora que guardan su memoria como las suyas propias. 


Dedicado a mi hijo Gabriel Alejandro Peñalver Nuñez (05/08/1976_03/02/2012)
_Gracias Gugu, por aceptarme como tu amigo_

Elaboró Freddy Del Carmen Peñalver_  Margarita_ Venezuela 23/02/2012
Nota: Hay muchas cosas que contar de Gabriel y quien quiera contarme su historia de él. Estaré encantado de leerlos por mi correo contafreddy777@ hotmail.com

2 comentarios:

  1. Repito lo que dije la primera vez que lo lei, un escrito noble, digno, hermoso, dificil, sincero, sencillo, en honor de quien merece muchos honores.
    Está muy bien.
    Tres tiempos para una vida hermosa, Gugú, El Loro y El Angel Gabriel...
    Muy bello querido FP... Lo lograste.

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  2. Gracias Alfonso. Fue un escrito hecho con mucho amor y paz en donde el dolor fue disuelto por el amor.

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