miércoles, 14 de abril de 2010

Corazón con alas...




Cualquier hombre,
uniformado de desprecio
bestia militarizada
me parte el corazón en diez pedazos
y me deja perdido para siempre
-cuerpo muerto-
en medio de la calle más oscura.

Cualquier funcionario
juez del robo, general de la vergüenza,
jefe civil, o mono con pistolas
me quita el aire de las calles,
el sol, la lluvia
y me lanza en el olvido
-cuerpo prisionero-
cubierto de rejas y cadenas
en medio de muros enemigos.

Cualquier policía,
detective, guarda espaldas
comisario del delito
o vulgar tombo,
acreditado para el ejercicio legal
de lo inhumano,
armado de golpes
odio y sufrimientos
me arroja
-cuerpo herido-
-alarido brutal-
-llanto sin venganza-
al abismo del dolor mas espantoso.

Pero sólo tú...
solo tú muchacha mía,
reina de la noche y de la risa
alejas los fantasmas de mi lado,
me transformas en el héroe de los besos,
me enseñas la canción del amor que no termina,
la noche tibia del deseo,
la ventana de los dioses,
y me devuelves
-cuerpo enamorado-
-corazón con alas-
la alegría de la vida...


Alfonso Mijares

1 comentario:

  1. El remedio para las heridas del corazón es El Romanticismo y todos los seres tenemos de este remedio sólo que unos lo tienen más que otros.Cuando nos encontramos un poema romantico como este, tomamos de ese remedio cristalino que brota del interior del poeta ya que este es un ser de donde aflora amor.

    "me enseña la canción de amor que no termina".

    Felicitaciones Sr. Alfonso .

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