Hablando
El señor se levanto,
como todos los días, temprano, aunque los sábados y domingo le gustaba
levantarse más tarde; pero aun así se despertaba temprano y se quedaba en la
cama. Pero no era ni sábado ni domingo; era un día entre semanas.
El señor leyó La Biblia , preparó desayuno y
empezó a regar las matas con agua sacada de los tobos que trasladaba de un
lugar de depósito hasta donde estaban las esperanzas de los frutos. Pensó que
había terminado cuando pregunto con voz audible_ ¿Quién le falte agua que
levante las manos?_ Y la mata de Piñón levantó todas sus hojas. El señor buscó
más agua y la regó.
Freddy Peñalver
Venezuela Nueva Esparta Margarita
22/11/2015
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